Qué ironía del destino. Hace 20 años el León estaba festejando su último título de Liga, de los cinco que tiene; hace 10 estaba triste la afición leonesa porque estaban sufriendo un descenso, y ayer, tras derrotar al Correcaminos 5-0, global 6-2, festejan su regreso a la Primera División, donde ocuparán el lugar que dejaron los Tecos de la UAG.
Los anotadores de los goles fueron Carlos Peña, Luis Nieves, Éder Pacheco y dos de Hernán Darío Burbano, quien fue el jugador del partido, ya que de sus pies salieron la mayor cantidad de embates.
Los minutos corrían, se veía mejor el equipo local, con mejor acompañamiento, idea futbolística; pero al 10’ pareció que la suerte le sonreía al Correcaminos, ya que Rolando Sena se encontró un centro en el corazón del área, remató solo y su alma, el balón salió directo a donde estaba el cancerbero Édgar Hernández, quien se quedó con el esférico en la línea de gol; el público se levantó de sus asientos para gritar ¡arquero! ¡arquero!
El buen futbol que estaba poniendo León con jugadas trabajadas, buen recorrido de líneas e incorporaciones a la ofensiva, parecía cuestión de tiempo para que el marcador se abriera, y así fue.
Peña intentó al minuto 17 con tiro de media distancia, y el arquero de Correcaminos, Éder Patiño, desvió a tiro de esquina; el cobro fue al corazón del área. Peña “Gullit” apareció para rematar secó y hacer que el estadio explotara; era el 1-0 y el marcador global ya era 2-2.
Correcaminos no reaccionó y eso hizo que los locales atacaran a placer. Y fue al 21’ cuando el Nou Camp soltó toda la presión contenida de 10 años de represión en la división de Ascenso, cuando tras un tiro de esquina, Nieves apareció para empujar el balón que merodeaba sobre la línea de gol. El marcador ya estaba 2-0 y 3-2 en el global.
Cuando el reloj marcó el 44’, el colombiano Burbano hizo una de las suyas. Entró a bayoneta calada al área, se quitó al arquero, sacó tiro pero con poco ángulo; aun así salió con etiqueta de gol, la zaga se revolvió e intentó sacar el peligro, pero llegó con determinación Pacheco, para marcar el 3-0, 4-2 en el global.
La afición en la tribuna tenía muchos motivos para celebrar el tanto, sentían segura su incursión en la Primera División.
En el arranque de la parte complementaria el ambiente era más relajado, la afición ya se divertía, el marcador los hacía sentir seguros del pase y los jugadores en el campo también daban confianza, pues no bajaron el ritmo en ningún momento.
Correcaminos no daba más, su media cancha estaba perdida, los locales en cuanto agarraban el esférico sabían qué hacer con él y el peligro ante el marco de Patiño era inminente. Era una fiesta por parte de la afición de León, que dedicó los últimos minutos a vitorear a los suyos.
Y habría cereza en el pastel. Al 69’, Burbano recibe pase filtrado, de esos que le gustan, con marco de frente y muchos metros para correr; se plantó frente a Patiño, quien se quedó viendo cómo el delantero leonés le hizo un “sombrerito” para marcar el cuarto de la noche.
Para ponerle el último clavo al ataúd, el recién ingresado, Edwin Santibáñez, se descolgó por la banda derecha, llegó a línea de fondo y esperó a Burbano, quien entró solo al área, solo cacheteó el balón y marcó el quinto de la noche.
Los últimos minutos fueron de fiesta para los aficionados del León: mientras unos cantaban “¡sí se pudo! ¡sí se pudo!”, otros dejaban salir lágrimas abrazados del compañero de al lado; una parte cantaban y gritaban a los cuatro vientos que estaban de regreso en la Primera División del Futbol Mexicano.
Asi fue como culmino una era de frustracion e inicio una de esperanza y optimismo para encarar los desafios de estar en la Primera Division.
FUENTE: http://www.informador.com.mx/
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